Real Sociedad de Historiadores: 18 oct 2012

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SANTIAGO DE AYER: EL NORTEAMERICANO QUE CONSTRUYÓ EL PUENTE DE GURABITO

jueves, 18 de octubre de 2012



POR JESÚS MÉNDEZ JIMINIAN


 “No, mi amigo, yo no le nombro Interventor de Aduanas, porque Ud. hace gritar la gallina al desplumarla”. ~ “COSAS DE LILIS” de Víctor M. de Castro.


 SE HIZO POR LA SUMA DE TRES MIL PESOS

Antes de instaurarse en el país la dictadura de Lilís, ya que se debatía en el Ayuntamiento de Santiago de los Caballeros, una obra considerada de trascendental importancia vial  para esta ciudad: el puente sobre el arroyo Gurabito.

Una muestra de lo que anteriormente citamos, es el hecho de que en la sesión del 14 de Agosto de 1885, en uno de los temas que se debatían se acordó lo siguiente: “Nombrar una comisión compuesta del Presidente, Sindico y regidores T. Cordero y R. Muñoz, para que procuren avistarse con el ingeniero don E. Gros (norteamericano, n. de j.m.j), y traten de averiguar bajo qué condiciones se encargaría de la construcción de un puente sobre el arroyo Gurabito ” Y más adelante, decía la referida resolución, lo siguiente: “Tomar en consideración las proposiciones del ingeniero E. Gros”.

Sin embargo, debemos de destacar aquí, que otros profesionales de la ingeniería, norteamericanos, también se encontraban siendo consultados entonces por las autoridades municipales. Y en la sesión  celebrada por el Honorable Ayuntamiento del municipio de Santiago, podemos apreciar que en fecha de 17 de Agosto de 1885, es decir, apenas tres días después de la anterior, se consignó lo que copiamos: “Se dio lectura a una solicitud suscrita por el ingeniero norteamericano Lawren B. Bidwell, en el cual propone al ayuntamiento la construcción de un puente sobre el arroyo “Gurabito” por el camino recto, de 39 varas de largo y 9 de ancho total, por la suma de tres mil pesos o bien encargarse de la dirección de la obra por la retribución de cinco pesos diarios.

¿Cómo llegaron los ingenieros E. Gros y Lawren B. Bidwell a Santiago? En el caso de Gros no hay informaciones que hayamos encontrado todavía sobre su permanencia en Santiago; pero en el caso de Bidwell, debemos de señalar, que antes de trasladarse a vivir a Santiago, tenía residencia en La Vega como él mismo manifestó en una de sus intervenciones en la Sala Capitular del Ayuntamiento; allí parece ser que estaba siendo consultado sobre el proyecto de canalización del río Yuna.

El ingeniero Gros expresó también ante los miembros de la Sala Capitular del Ayuntamiento de Santiago, señalando que: “estaba dispuesto a llevar a cabo la construcción del puente sobre (el arroyo) Gurabito, por el camino de Jacagua, por la cantidad de dos mil quinientos pesos, o bien encargarse de la dirección de la obra por la suma de $300”.


 El señor Gros  “Presentó un presupuesto… de todos losmateriales y efectos necesarios para la construcción de la proyectada obra”.

La obra era tan importante para Santiago, que desde entonces la sala capitular comenzó a celebrar sus secciones casi a diario. Por ejemplo, las autoridades municipales contactaron de nuevo al señor Bidwell para que asistiera  a la sesión extraordinaria del día 18 de agosto de 1885 en la tarde. Los miembros del honorable Ayuntamiento eran entonces: don Augusto Espaillat, presidente; C. Sully Bonnelly, sindico, y los señores Rafael Muñoz, José Tolentino, Miguel Muñoz, Leonidas Ricardo y Teófilo Cordero Bidó, en su condición de regidores, Lorenzo J. Perelló hijo, era el secretario. 



 A la sesión celebrada el 20 de agosto del indicado año se presentó, para exponer sus servicios, el destacado maestro de la construcción santiagués, don Onofre de Lora, quien declaró que: “se presentaba ante el Hon. Ayuntamiento (…) porque había recibido la comisión de este Ayuntamiento para tratar de la construcción de un puente sobre el arroyo de Gurabito, y que… estaba dispuesto a contratar con él dicho puente por la suma de $1000, como había convenido con algunos de los miembros de la Sociedad El Progreso; había advertido a la dicha comisión que, aunque hubo preliminares de contrato por la suma referida, éste no pudo llevarse a cabo por la introducción de importantes modificaciones”. De Lora, ante esta nueva situación, según se señala en el Boletín Municipal, índico que la obra valía al menos unos dos mil pesos, “suma por la cual estaba dispuesto a realizarla”.

Sin embargo como expresó el mismo Onofre de Lora, “no se llegó a ningún avenimiento (SIC)…” con la comisión designada por el Ayuntamiento local.

Poco después de esta decisión de De Lora, el Ayuntamiento en pleno acompañó días posteriores al ingeniero L.B. Bidwell al lugar donde se levantó el puente, y se recomendó que tomara “Las medidas convenientes en particular, y que asegurara la solidez, estabilidad y demás garantías de la obra…”. 

En la sesión del día 22 de agosto de 1885, se presentaron los planos del puente, que fueron llevados a cabo por el ingeniero D.E Gros. A esa reunión se presentó Bidwell  acompañado de un paisano suyo, el señor James Palmer.

El Ayuntamiento le solicitó, en esta sesión, a Bidwell, documentación de su título de ingeniero, quien a su vez le indicó tenerlo guardado con su residencia de La Vega. Sin embargo, los miembros de la sala capitular de Santiago quedaron satisfechos de las recomendaciones hechas por Bidwell sobre la construcción del puente en cuestión.

Por su parte, la Sociedad “El Progreso” había señalado al Ayuntamiento local, su disposición de cubrir parte del monto acordado para levantar el puente de Gurabito, de acuerdo a sus disponibilidades.

En la sesión del día 24 de agosto de 1885, se resolvió invitar para el día 25 de agosto a los señores: el Gobernador de la provincia, señor J.M. Glas y Pílades Steffani, F. Llinás, Onofre de Lora, E, Diaz, Julio J. Julia, Pedro Patxot, J.J. Hungria, Augusto Gonzalez, Pbros. Juan Luis Pérez y Emilio Santelises “para presentarle el plano y oir las observaciones que estos señores creyesen prudentes para el mejor éxito de la obra…”.

El ingeniero Bidwell acudió a la sesión del 25 de agosto de 1885, y contestó; después de presentar los planos, todas las preguntas pertinentes de los presentes sobre el desarrollo de la obra; en esa misma sesión fueron aprobados a unanimidad dichos planos.

Para establecer las bases del contrato con el señor Bidwell, se designó una comisión compuesta por las siguientes personas: Teófilo Cordero, Rafael Muñoz, C. Sully Bonnelly, Carlos Bello y Lorenzo J. Perelló; estos dos últimos, en su calidad de abogado y tesorero municipal, respectivamente.

Por aquellos días, también se le había propuesto, en Santiago, al ingeniero Bidwell, la construcción de una cárcel. Tal dato puede comprobarse del acta de la sesión llevada a cabo el 20 de octubre de 1886, en el Ayuntamiento local. Es muy probable que esta cárcel que construyera Bidwell sea la que se encuentra en la Fortaleza San Luis, hoy.

Lo cierto es, que Bidwell concluyó el puente de Gurabito en el año 1887. La Tesorería municipal en su “Resumen General de los ingresos y egresos” del año 1887 reportó, por ejemplo, que por concepto de la “una cuenta de lo gastado en hacer una calzada en los cimientos del puente de Gurabito”, se erogó la suma de $197.42 ½”. Otro dato es, que por concepto de la pintura de dicho puente se gastó: $25.40; de igual forma, a Bidwell le fueron entregados sus $300.00 en su calidad de Director de la obra.

Como dato curioso, el ingeniero Bidwell se quedo viviendo en Santiago donde se desempeñó también como profesor de matemáticas en la escuela “San Lorenzo” donde recibió un pago mensual de $20. De igual modo, ese mismo año, 1887, le fueron pagados a Bidwell la suma de $16 por “reconocimiento en la iglesia N.S. del Carmen y las piedras de la Angostura”.

En la sesión del 23 de noviembre de 1886, en el Ayuntamiento de Santiago, aparece con relación al ingeniero Bidwell, lo siguiente: “El Síndico expuso que: como el señor Rafael A. Reinoso no podrá continuar dando clase de aritmética en el “Colegio Central”, por haber sido nombrado Inspector de escuelas… pedía que en su remplazo fuese nombrado el señor Lawson B. Bidwell”.

Como hemos podido apreciar, el ingeniero Bidwell hizo notables contribuciones a Santiago de los Caballeros. Ahora bien, cabe preguntarnos, ¿Quién le ha rendido tributo a sus aportes? Debería, al menos, un centro educativo de Santiago honrar la memoria del ingeniero Lawson B. Bidwell. “Honrar, honra”. Sea usted el jurado.

                             
El autor es ingeniero, escritor, miembro de la Cátedra “José Martí” de la UASD y de la Real Sociedad de Historiadores.